Por equipo de redacción. (Publicación original en castellano)

A lo largo de este año, la ciudadanía ha demostrado que si trabajamos en conjunto, el éxito es mayor. Que el talento ciudadano enriquece los sistemas, organizaciones y al planeta. Que existe una capacidad solventada, real y sólida de quienes formamos parte de la sociedad. Estas frases pueden parecer trilladas, idealistas, pero no es así. Te explicamos tres proyectos que apostaron por la mirada ciudadana para atender las necesidades colectivas y poner en valor el conocimiento compartido. ¡Sigue leyendo!

Imagina poder contribuir a la investigación sobre la calidad del aire llevando contigo un tubito que recoge la contaminación, colgado del cuello. ¿Suena bien verdad? El proyecto CitieS-Health puso a la ciudadanía al frente del estudio sobre cómo la contaminación afecta a nuestra salud mental mediante kits participativos y talleres de ideación. Más de 1.000 vecinxs de Barcelona participaron en el experimento y las conclusiones fueron las siguientes: la concentración disminuye durante los días con más polución, el estrés se ve afectado por la contaminación y los espacios verdes y azules ayudan a proteger nuestra salud cognitiva.

Por otro lado, hace unos meses terminó WeCount, una iniciativa dedicada a la recolección de datos de tráfico, en las vías de Madrid y Barcelona. El objetivo fue empoderar a la ciudadanía para fomentar políticas públicas en diseño urbano y movilidad, distribuyendo sensores digitales que medían la cantidad de coches, camiones, bicicletas y peatones junto a la velocidad. Estos sensores los instalaron en sus ventanas para entender la movilidad en sus calles. En este enlace puedes consultar los resultados en detalle tanto de Madrid como de Barcelona.

Así pues, proyectos que fomentan la cocreación, el talento y las ideas ciudadanas para construir un mundo mejor. Sin embargo, para hacerlo es necesario involucrar a todos los agentes que intervienen en un sistema. Por lo que las organizaciones deben apoyar e impulsar esta perspectiva ciudadana en sus estrategias. Te contamos la hoja de ruta para hacerlo.

Se llama Plan C y es la solución que hemos diseñado junto a Mind The Gap para acelerar el crecimiento de los negocios incorporando las capacidades ciudadanas. ¿Cómo? Creando una simbiosis entre las comunidades y los modelos de negocio con el objetivo de contribuir al bien común. Estos son los pasos a seguir para hacerlo:

Dibuja la ruta. Descubre cómo te relacionas con la ciudadanía, incluyendo a las nuevas generaciones para impulsar tu organización del mañana y convertirte en un referente.

1. Tiende los puentes. Amplía tus ventas e innova en tu cadena de valor. Explora el potencial disponible a tu alrededor y construye un mapa de oportunidades nunca visto.

2. Genera valor. Diseña el modelo de negocio del futuro con estrategias co-creadas y vanguardistas que impulsen la transformación en una nueva dirección.

Poner el foco en aquello que interesa a las comunidades y al mercado es indispensable. Tal como apuntan Javier Creus, fundador de Ideas for Change, y Sergi Corbeto, CEO de Mind The Gap, en su último artículo ¡Salir a ganar!, “apostar por una nueva mirada hace emerger nuevas oportunidades prometedoras y disruptivas”. Y es que, aprovechar las virtudes e inquietudes de la ciudadanía es contribuir a un futuro más justo e inclusivo a la vez que humaniza los valores y productos de una empresa. 

En resumen: en esta explosión de productividad colectiva, la ciudadanía además de capacidad de consumo tiene muchas capacidades o roles, como aportar datos científicos a una investigación o formar parte de una estrategia de negocio transgresora. Así que, no te quedes atrás y cambia las reglas del juego. ¡Aprovecha el conocimiento compartido y el potencial de las capacidades ciudadanas!