Communication and dissemination

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Las 7 claves para diseñar una estrategia de participación ciudadana eficaz

Las 7 claves para diseñar una estrategia de participación ciudadana eficaz

20 de enero de 2021

Por equipo de redacción. (Publicación original en castellano)

A lo largo de los últimos años, desde Ideas for Change nos hemos especializado en el desarrollo de estrategias de participación con la ciudadanía para proyectos de tipología muy diversas. Junto a los y las voluntarias, hemos mapeado los olores en zonas afectadas por las emisiones de industrias, hemos monitorizado la movilidad para reducir los límites de velocidad en calles perjudicadas por el ruido y la polución y hemos medido los efectos de la contaminación en la salud mental para impulsar un entorno más limpio y saludable. Los ejemplos son tantos y tan ricos que prácticamente podríamos enumerar tantos aprendizajes como historias hemos vivido e, incluso, como personas nos han acompañado en nuestro camino.

Sin embargo, a principios del pasado año, la crisis derivada de la pandemia la Covid-19 puso en completo jaque las herramientas y dinámicas que veníamos utilizando hasta el momento para resolver este tipo de retos. La movilización social en las calles, la organización de eventos presenciales para proyectar soluciones o las intervenciones en espacios públicos dejaron de ser una posibilidad y dieron paso a una situación tremendamente compleja. Pero, como en todo en esta vida, de las adversidades se sacan valiosas enseñanzas. En nuestro equipo decidimos reinventarnos y buscar nuevas y diferentes maneras de interactuar y conectar con la ciudadanía. Un itinerario apasionante que nos ha permitido aprender mucho más sobre la manera de conectar con las personas en la era digital.

¿Quieres conocer nuestras siete claves para crear una estrategia de participación ciudadana en tiempos de pandemia? ¡Sigue leyendo y toma nota!

1. Crea la comunidad basándote en los intereses y problemas de las personas.

¿Qué preocupa a la ciudadanía? ¿Cómo podemos abordar sus problemas? Antes de iniciar un proyecto, es vital conocer e indagar en las principales preocupaciones que afectan a una comunidad para definir correctamente las cuestiones a resolver a través del proyecto. Herramientas digitales como encuestas, sesiones de participación interactiva o grupos en aplicaciones de mensajería instantánea se convierten en aliados esenciales para conseguir estas metas. Y es que no debemos olvidarlo: la comunidad será más grande y participativa cuanto más le interese el ámbito de acción, y la digitalización puede ayudarnos a detectar estas inquietudes.

2. Involucra a los y las participantes en todas las etapas del proyecto posibles.

Transmitir a la comunidad que es parte activa y esencial del proyecto ayudará a crear un estrecho vínculo que enriquecerá la investigación. Cualquier persona, en base a su conocimiento y trayectoria vital y profesional, puede aportar ideas valiosas que complementen la acción científica. Establecer momentos precisos a lo largo del proceso en los que ofrecer a los y las participantes la oportunidad de co-crear de manera conjunta las siguientes fases del proyecto hará aumentar su interés y compromiso. Para conseguir este objetivo en un contexto a distancia, resulta clave organizar reuniones online a través de plataformas como Zoom o Jitsi. Si, además, se apuesta por vídeos o herramientas de interacción, votación simultánea o creación colaborativa como Slido, Pear Deck o Miro, el éxito está asegurado.


3. Maneja las expectativas desde la transparencia.

La mayoría de las personas involucradas en la ciencia y la participación ciudadana estamos sumamente comprometidas con la creación de ciudades más resilientes y habitables y, por ende, en muchas ocasiones arrojamos expectativas demasiado elevadas en cuanto a las posibilidades de generar el cambio a través de este tipo de proyectos. No obstante, no siempre es tarea fácil satisfacer estos objetivos de manera inmediata, ya sea por condicionantes del propio proceso de investigación o por frenos subyacentes, y la irrupción de la Covid-19 ha sido uno de los obstáculos más paradigmáticos. Para evitar la frustración de la comunidad, es fundamental manejar las expectativas desde el inicio de una manera transparente y sincera. 

4. Ofrece diversos niveles de participación.

No todos los y las participantes son iguales, ni buscan involucrarse en este tipo de acciones con la misma intensidad. Prever distintos niveles de participación que permitan a las personas sentirse cómodas con la dedicación que el proyecto les requiere es un aspecto básico para lograr una comunidad sólida, especialmente en un contexto de teletrabajo en el que la conciliación no es plato fácil. ¿La clave para conseguirlo? Consultar de manera anticipada cuál es la fórmula en la que quieren comprometerse. Es posible que algunas personas solo quieran asistir a contadas reuniones, mantenerse informadas, o apoyar a compañeras y compañeros que estén aportando datos, pero su granito de arena resultará igualmente útil. 

5. ¿No podemos encontrarnos? ¡Lleva la ciencia a casa de tus participantes!

Los encuentros físicos y la toma de contacto han sido históricamente una de las piedras angulares de los proyectos de participación ciudadana, pero la particular situación actual ha desactivado por completo estas experiencias. Las alternativas, no obstante, están al alcance de la mano y tan solo hace falta una pizca de creatividad para encontrarlas. En nuestro caso, el envío puerta a puerta de materiales como guías de instalación o kits de participación se ha convertido en la solución ideal para solventar los retos de la no movilidad sin poner en riesgo a nadie. Tan solo prepara los materiales que necesites enviar, hazlos suficientemente atractivos y autoexplicativos para que las personas involucradas los entiendan por su cuenta y envíalos. 


6. Comunica de manera científica, pero entendible.

En ocasiones la investigación científica puede pecar de ser inaccesible si el receptor no dispone del conocimiento necesario. Por ello, a la hora de comunicar proyectos de participación ciudadana es fundamental lograr que la información que transmitimos se entienda, aún sin perder ni un ápice de rigurosidad técnica. Identificar bien a quién nos dirigimos y adaptar el mensaje a las necesidades particulares de cada comunidad son los ejercicios clave para informar de manera eficaz. La difusión de newsletters y cápsulas informativas que permitan disgregar la información por fascículos y hacerla más accesible resulta, sin duda, una apuesta ganadora. Además, en contexto digital provocado por la Covid-19, es imprescindible mantener una línea directa de comunicación con los participantes a través del correo electrónico, las redes sociales o las aplicaciones de mensajería instantánea.

7. Devuelve resultados y analízalos con los y las participantes.

La ciudadanía tiene mucho más que aportar en los proyectos de ciencia ciudadana que simples datos. Ya hemos visto cómo implicar a los y las participantes en las diferentes fases del proceso de investigación puede resultar crucial para resolver las incógnitas que cada etapa plantea. Y no solo eso, sino que examinar los datos recopilados en este tipo de proyectos de manera conjunta con la comunidad puede ayudar a dilucidar incertidumbres en la interpretación de los resultados que mejoren la calidad de la investigación. Además, se trata de una manera de rendir cuentas a los ciudadanos y ciudadanas por su compromiso desinteresado con el proyecto.

¿Te han parecido interesantes nuestros consejos? ¿Te gustaría saber más sobre los proyectos de ciencia ciudadana que impulsamos y los servicios que ofrecemos?

Por equipo de redacción. (Publicación original en castellano)

A lo largo de los últimos años, desde Ideas for Change nos hemos especializado en el desarrollo de estrategias de participación con la ciudadanía para proyectos de tipología muy diversas. Junto a los y las voluntarias, hemos mapeado los olores en zonas afectadas por las emisiones de industrias, hemos monitorizado la movilidad para reducir los límites de velocidad en calles perjudicadas por el ruido y la polución y hemos medido los efectos de la contaminación en la salud mental para impulsar un entorno más limpio y saludable. Los ejemplos son tantos y tan ricos que prácticamente podríamos enumerar tantos aprendizajes como historias hemos vivido e, incluso, como personas nos han acompañado en nuestro camino.

Sin embargo, a principios del pasado año, la crisis derivada de la pandemia la Covid-19 puso en completo jaque las herramientas y dinámicas que veníamos utilizando hasta el momento para resolver este tipo de retos. La movilización social en las calles, la organización de eventos presenciales para proyectar soluciones o las intervenciones en espacios públicos dejaron de ser una posibilidad y dieron paso a una situación tremendamente compleja. Pero, como en todo en esta vida, de las adversidades se sacan valiosas enseñanzas. En nuestro equipo decidimos reinventarnos y buscar nuevas y diferentes maneras de interactuar y conectar con la ciudadanía. Un itinerario apasionante que nos ha permitido aprender mucho más sobre la manera de conectar con las personas en la era digital.

¿Quieres conocer nuestras siete claves para crear una estrategia de participación ciudadana en tiempos de pandemia? ¡Sigue leyendo y toma nota!

1. Crea la comunidad basándote en los intereses y problemas de las personas.

¿Qué preocupa a la ciudadanía? ¿Cómo podemos abordar sus problemas? Antes de iniciar un proyecto, es vital conocer e indagar en las principales preocupaciones que afectan a una comunidad para definir correctamente las cuestiones a resolver a través del proyecto. Herramientas digitales como encuestas, sesiones de participación interactiva o grupos en aplicaciones de mensajería instantánea se convierten en aliados esenciales para conseguir estas metas. Y es que no debemos olvidarlo: la comunidad será más grande y participativa cuanto más le interese el ámbito de acción, y la digitalización puede ayudarnos a detectar estas inquietudes.

2. Involucra a los y las participantes en todas las etapas del proyecto posibles.

Transmitir a la comunidad que es parte activa y esencial del proyecto ayudará a crear un estrecho vínculo que enriquecerá la investigación. Cualquier persona, en base a su conocimiento y trayectoria vital y profesional, puede aportar ideas valiosas que complementen la acción científica. Establecer momentos precisos a lo largo del proceso en los que ofrecer a los y las participantes la oportunidad de co-crear de manera conjunta las siguientes fases del proyecto hará aumentar su interés y compromiso. Para conseguir este objetivo en un contexto a distancia, resulta clave organizar reuniones online a través de plataformas como Zoom o Jitsi. Si, además, se apuesta por vídeos o herramientas de interacción, votación simultánea o creación colaborativa como Slido, Pear Deck o Miro, el éxito está asegurado.


3. Maneja las expectativas desde la transparencia.

La mayoría de las personas involucradas en la ciencia y la participación ciudadana estamos sumamente comprometidas con la creación de ciudades más resilientes y habitables y, por ende, en muchas ocasiones arrojamos expectativas demasiado elevadas en cuanto a las posibilidades de generar el cambio a través de este tipo de proyectos. No obstante, no siempre es tarea fácil satisfacer estos objetivos de manera inmediata, ya sea por condicionantes del propio proceso de investigación o por frenos subyacentes, y la irrupción de la Covid-19 ha sido uno de los obstáculos más paradigmáticos. Para evitar la frustración de la comunidad, es fundamental manejar las expectativas desde el inicio de una manera transparente y sincera. 

4. Ofrece diversos niveles de participación.

No todos los y las participantes son iguales, ni buscan involucrarse en este tipo de acciones con la misma intensidad. Prever distintos niveles de participación que permitan a las personas sentirse cómodas con la dedicación que el proyecto les requiere es un aspecto básico para lograr una comunidad sólida, especialmente en un contexto de teletrabajo en el que la conciliación no es plato fácil. ¿La clave para conseguirlo? Consultar de manera anticipada cuál es la fórmula en la que quieren comprometerse. Es posible que algunas personas solo quieran asistir a contadas reuniones, mantenerse informadas, o apoyar a compañeras y compañeros que estén aportando datos, pero su granito de arena resultará igualmente útil. 

5. ¿No podemos encontrarnos? ¡Lleva la ciencia a casa de tus participantes!

Los encuentros físicos y la toma de contacto han sido históricamente una de las piedras angulares de los proyectos de participación ciudadana, pero la particular situación actual ha desactivado por completo estas experiencias. Las alternativas, no obstante, están al alcance de la mano y tan solo hace falta una pizca de creatividad para encontrarlas. En nuestro caso, el envío puerta a puerta de materiales como guías de instalación o kits de participación se ha convertido en la solución ideal para solventar los retos de la no movilidad sin poner en riesgo a nadie. Tan solo prepara los materiales que necesites enviar, hazlos suficientemente atractivos y autoexplicativos para que las personas involucradas los entiendan por su cuenta y envíalos. 


6. Comunica de manera científica, pero entendible.

En ocasiones la investigación científica puede pecar de ser inaccesible si el receptor no dispone del conocimiento necesario. Por ello, a la hora de comunicar proyectos de participación ciudadana es fundamental lograr que la información que transmitimos se entienda, aún sin perder ni un ápice de rigurosidad técnica. Identificar bien a quién nos dirigimos y adaptar el mensaje a las necesidades particulares de cada comunidad son los ejercicios clave para informar de manera eficaz. La difusión de newsletters y cápsulas informativas que permitan disgregar la información por fascículos y hacerla más accesible resulta, sin duda, una apuesta ganadora. Además, en contexto digital provocado por la Covid-19, es imprescindible mantener una línea directa de comunicación con los participantes a través del correo electrónico, las redes sociales o las aplicaciones de mensajería instantánea.

7. Devuelve resultados y analízalos con los y las participantes.

La ciudadanía tiene mucho más que aportar en los proyectos de ciencia ciudadana que simples datos. Ya hemos visto cómo implicar a los y las participantes en las diferentes fases del proceso de investigación puede resultar crucial para resolver las incógnitas que cada etapa plantea. Y no solo eso, sino que examinar los datos recopilados en este tipo de proyectos de manera conjunta con la comunidad puede ayudar a dilucidar incertidumbres en la interpretación de los resultados que mejoren la calidad de la investigación. Además, se trata de una manera de rendir cuentas a los ciudadanos y ciudadanas por su compromiso desinteresado con el proyecto.

¿Te han parecido interesantes nuestros consejos? ¿Te gustaría saber más sobre los proyectos de ciencia ciudadana que impulsamos y los servicios que ofrecemos?