Por Pako Rodríguez, consultor especializado en turismo. (Publicación original en castellano)

Fiturnext, el observatorio de buenas prácticas en el turismo de Fitur, gestionado por Ideas for Change, vuelve en una nueva edición de la Feria Internacional del Turismo y con un nuevo reto. Sigue leyendo y, ¡descubre todos los detalles!

En las ediciones de 2020 y 2021 intentamos responder a las preguntas “¿cómo puede el turismo contribuir al desarrollo económico local?” y “¿cómo puede el turismo contribuir a la igualdad de género?”. En esta ocasión nos preguntamos ¿cómo puede el turismo contribuir a una sociedad más accesible?

Este año presentaremos en Fitur, que se celebrará del 19 al 23 de enero 2022, las iniciativas replicables y de alto impacto que están mejorando la vida de las personas a través del turismo accesible. La convocatoria de esta edición pone el foco en aquellos proyectos con una visión de la accesibilidad holística y que contribuyan al sector con:

• Nuevas tecnologías al servicio del turismo accesible

• Servicios turísticos y oferta complementaria accesibles

• Gestión y promoción de la accesibilidad en el turismo

¿Por qué es importante la accesibilidad en el turismo?

Para empezar, la accesibilidad está recogida de manera transversal en diversos ODS´s (4,8,10 y 11) y es, además, uno de los ejes sobre los que se sustentan los Destinos Turísticos Inteligentes.

Como explican desde Predif, Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física, un destino turístico será accesible cuando el conjunto de entornos, servicios y productos que se ofrecen en la oferta turística permitan a todas las personas el acceso, utilización y disfrute de estos, de manera normalizada, autónoma y segura. Todo ello, tanto para visitantes, como para residentes, sin olvidarnos de los y las trabajadoras del sector turístico que sufren algún tipo de discapacidad. 

La Organización Mundial del Turismo identificaba el pasado diciembre de 2020 la accesibilidad como cambio de paradigma para los destinos turísticos de cara a la recuperación de los impactos de la pandemia. 

Analicemos algunos datos. Según la plataforma de turismo accesible Tur4all, en España hay casi cuatro millones de personas con algún tipo de discapacidad, en torno al 9% de la población. De todas ellas, más de un 65% tiene problemas de movilidad, más del 27% tienen discapacidad auditiva, alrededor del 25% discapacidad visual, en torno al 19% presentan discapacidad relacionada con la comunicación y, por último, casi un 17% tienen problemas de aprendizaje. 

Además, a esto hay que sumar el alto grado de envejecimiento de la población, que supone hoy en España casi el 19% de personas con más de 65 años, con cifras similares a nivel global de cara al 2050. Este segmento de población –denominado en algunos ámbitos la “silver economy”– dispone de una renta alta y un gran interés por viajar, por lo que ofrecerles una oferta turística cómoda y segura es una oportunidad para el sector.

A nivel europeo, el principal mercado emisor para nuestro país, los datos facilitados por el Informe del Comité TRAN, publicado en 2018 por la Dirección General de Políticas Internas de la Unión Europea, hay más de 138 millones de personas con necesidades de accesibilidad. Sin embargo, la industria no está del todo concienciada. Poco más del 9% de las instalaciones y servicios turísticos europeos disponen de algún nivel de accesibilidad. Así pues, ¿por qué no ponernos manos a la obra para ofrecer una oferta turística que cubra todas sus necesidades? 

Otras reflexiones sobre el turismo accesible

Sin embargo,  también es necesario poner sobre la mesa datos sobre el impacto económico positivo que tiene aumentar la gestión de la accesibilidad en los negocios turísticos, especialmente en el contexto actual. Mirémoslo como se ha de ver: no es un gasto, es una inversión. No solo en justicia social, que impacta también directamente en la calidad de vida de los residentes con cada cambio que se produce, sino también en las propias cuentas de las empresas relacionadas con el sector turístico. 

Este colectivo reduce uno de los grandes dolores de cabeza de muchos destinos, especialmente españoles: la estacionalidad.  En la Unión Europea, según los datos de Tur4all, las personas con necesidades de accesibilidad realizaron una media de 6,7 viajes al año en 2013 y en España 7 viajes al año en 2015. Es decir, en lugar de concentrar las vacaciones en meses de temporada alta, diversifican sus viajes. 

Son un multicliente, ya que el 96% de los viajeros con necesidades de accesibilidad viaja acompañados. Además, gastan aproximadamente 28% más que el resto de turistas para asegurar las condiciones de accesibilidad. 

Por último, repiten cuando encuentran un destino accesible, es decir, son clientes más fieles que el resto de turistas. Y ahora, gracias a plataformas especializadas en este tipo de viajeros, también recomiendan lugares y servicios que ofrecen realizar la actividad de manera más cómoda.

En resumen: un sinfín de oportunidades y beneficios para el sector, pero sobre todo para las personas. Nos encontramos en una época en la que se habla del turismo como un derecho básico. Nuestros ritmos de vida explican este hecho. Las nuevas y más económicas formas de viajar han conseguido democratizar el acceso a los viajes y ponerlos al alcance de casi cualquier bolsillo. Aún así, todavía hay colectivos que tienen mayores dificultades para disponer de su tiempo de ocio y disfrutarlo de la manera que ellos elijan. Si hablamos de democratizar los viajes, aún estamos muy lejos de conseguirlo. 

Las nuevas formas de turismo han de tener en cuenta también a personas con discapacidad de cualquier tipo o con necesidades especiales. La oferta tendrá que adaptarse a lo que representa un avance más de nuestra sociedad gracias al empuje de una demanda cada vez más conectada y concienciada con sus derechos. 

¿Tienes una iniciativa que contribuya a este reto? ¿Que impulse un turismo para todas las personas? Aplica al reto FiturNext 2022, a través de este enlace. ¡Queremos conocer tu proyecto!