El turismo rural, vector de crecimiento contra la despoblación

Por Pako Rodríguez, consultor especializado en turismo. (Publicación original en castellano)

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Turismo y despoblación son dos temas que, cada vez más, han de encontrar un punto perfecto de sinergia para un crecimiento conjunto. El primero, se encuentra en un momento de parada total y de búsqueda de identidad a futuro, con unas necesidades muy claras en cuanto a sostenibilidad, impacto positivo en el medio donde se desarrolla y respeto por las comunidades de acogida y su cultura y patrimonio. El segundo, ya forma parte de la agenda política de nuestro país y, a pesar de la multitud de proyectos enfocados en solucionar o paliar la situación, aún continúa siendo un problema que afecta a muchas áreas de nuestra geografía y a los habitantes que allí residen. La escasez de servicios básicos, la reducida oferta de servicios complementarios y la precaria conectividad, en el sentido tanto geográfico como digital, hacen de esta situación una encrucijada en la que han de intervenir muchos y diversos actores.

En este escenario, el desarrollo rural a través del turismo -y el desarrollo del turismo a través del medio rural- se convierten en opciones firmes para ayudar a aumentar y mejorar la oferta turística y mitigar la despoblación. Una despoblación que, según los datos, mantiene a una mayoría de la población en España en una minoría del territorio, suponiendo esto parte del problema actual. Para que las zonas despobladas se conviertan en una realidad viable, tanto para residentes como para turistas, éstas han de contar con infraestructuras mínimas, siendo la digitalización una de las claves de esta transformación. 

Con un crecimiento paulatino y orgánico, las comunidades locales pueden beneficiarse de manera gradual de nuevos servicios básicos y nuevas oportunidades de empleo y negocio. El turismo puede crecer dentro de nuestras fronteras con una menor saturación de los destinos tradicionales gracias al surgimiento de nuevas alternativas. Por último, los turistas dispondremos de nuevas opciones para pasar nuestras vacaciones. Y hoy, más que nunca, estas alternativas resultan muy atractivas por lo que pueden ofrecer con respecto a la situación que vivimos.

 
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Es en este último punto donde se encuentra la gran oportunidad que viene asociada a una crisis como la actual, al menos para las zonas que hasta ahora venían sufriendo la práctica desaparición de algunos territorios. 

Veamos un breve análisis sobre cómo podemos poner en valor estos territorios:

1. ¿Qué capacidad tiene mi destino?:

En el análisis de destinos conviene entender de qué capacidad se dispone en el territorio para convertirse en un destino posible: qué oferta alojativa existe ya, en qué cantidad y con qué calidad y qué activos - por ejemplo, viviendas vacías - están siendo infrautilizados y se pueden poner en valor.

2. ¿Cómo de accesible es?

De la misma manera, conviene entender la realidad en cuanto a accesos, ya sea por tierra, mar o aire, y de accesibilidad. En relación a ello, conviene que los territorios sean imaginativos en cuanto a soluciones existentes. Un buen ejemplo es el que plantean las plataformas digitales de transporte colaborativo, cuyos viajes en la actualidad se realizan mayoritariamente a destinos no cubiertos por la oferta tradicional, o el coche compartido dentro de los propios destinos para facilitar el transporte entre municipios. El último, la accesibilidad, es un punto es muy interesante, y no solo al hablar de justicia social, sino también porque se trata de un nicho muy poco cubierto -o mal comunicado- en comparación con la demanda existente y representa una oportunidad en la que profundizaremos en futuros artículos.

3. ¿Qué recursos pueden destacar?

En relación a los recursos, la pandemia puede representar una oportunidad de oro para la puesta en valor del patrimonio natural y cultural de estas zonas: paisaje y naturaleza, no saturación, aire limpio, menos ruidos artificiales, actividades al aire libre, gastronomía… es decir, todo lo que estamos buscando las personas que hemos estado durante meses encerradas y que actualmente nos encontramos con serias dificultades para viajar a media o larga distancia. Para ello, es necesario mirar más allá de lo obvio o tradicional. La semana pasada, desde Ideas for Change, participamos en el III encuentro Starlight en la provincia de Teruel. Esta fundación invita a mirar hacia arriba para disfrutar de un recurso que atrae cada vez a más viajeros: mirar a las estrellas en zonas poco pobladas. Y eso es lo que hicimos en el Monasterio del Olivar, uno de los alojamientos Starlight más interesantes que existen y que está ayudando a revitalizar las zonas cercanas.

4. ¿Quién puede acompañarme en mi camino?

Por último, cabe recordar que no estamos solos y que la colaboración es a día de hoy más importante que nunca. Conocer nuestro entorno, nuestro ecosistema y buscar sinergias resulta clave para ser más fuertes. Tenemos como ejemplo a Less than Hundred, una red internacional de lugares especiales con menos de 100 habitantes que busca posicionarse en el mapa turístico. No olvidemos que, además de la tan deseada colaboración público-privada, también existe la privada-privada (entre empresas) y la público-pública (entre administraciones). Y todas y cada una de ellas son esenciales para los destinos turísticos. El más reciente ejemplo de colaboración entre administraciones es la de Sevilla y San Sebastián, dos destinos separados por casi 1.000 kms y unidos por un perfil común de viajero: el cultural. Por supuesto, el primer paso llevado a cabo ha sido buscar la participación de las líneas aéreas para mejorar la conexión entre ambas ciudades.

 
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Todas estas reflexiones son esenciales como previa para empezar a responder a las siguientes preguntas: ¿qué quiero ser cómo destino? o, como decimos en Ideas for Change: ¿cómo es mi destino que mola?, ¿qué me falta para convertirnos en ese destino imaginado?, ¿quién es mi turista y cómo me dirijo a él?

En Ideas for Change hemos lanzado Destinos que molan, una línea enfocada a ayudar a territorios que quieren convertirse en destinos turísticos y a destinos que quieren transformarse dejando atrás esquemas anteriores y obsoletos. 

Si quieres estar en la nueva realidad del turismo, hablemos. ¡Y, sobre todo, no nos pierdas de vista! Te contaremos más sobre las nuevas oportunidades del turismo en próximas entradas.

 
 

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