Por Marina Henriques, consultora de innovación. (Publicación original en castellano)

“El día que el futuro era el presente”, así definía la Agencia para la Competitividad de la Empresa (ACCIÓ) la segunda edición del evento Exponential Day, el congreso de referencia sobre disrupción empresarial.

Este año nos hemos tenido que enfrentar a la disrupción de la pandemia de la COVID-19. Un contexto en el que nuestra forma de consumir, interactuar, convivir, trabajar y aprender han cambiado. Pero las nuevas restricciones y el confinamiento nos han dejado una cosa muy clara: no podemos salir de casa, o debemos hacerlo con absoluto cuidado. Este factor da pie a un nuevo campo para muchas personas: la inmovilidad o, como rezaba el hashtag compartido en las redes sociales, #BetterThanMoving.

Un mundo era posible dentro de este

Lo cierto es que a raíz de este contexto, hemos observado la enorme plasticidad de las organizaciones y de la sociedad. Así lo acreditamos en nuestro informe del Observatorio de Capacidades Emergentes, en el que analizamos más de 150 iniciativas que se reinventaron durante la crisis sanitaria. Aprendimos que otro mundo era posible dentro de este, y alcanzamos cinco observaciones clave:

Existe una sociedad en red emergente y debemos aprender a poner datos a producir valor.
Debemos explorar la flexibilidad productiva y poner en valor lo abierto y lo infrautilizado.
Nuestros colaboradores atesoran una increíble capacidad de transformación y la ciudadanía puede y debe ocupar un rol central en el sistema.
Los sistemas de negocio deben reestructurarse y para hacerlo es necesario que vislumbren el valor de lo único.
El conocimiento compartido resulta esencial en un contexto de destino colectivo compartido.

Un taller disruptivo en el Exponential Day #2

Semanas más tarde de la publicación de este informe y, con motivo del Exponential Day #2, organizamos un taller 100% online con el que más de 100 personas pudieron explorar esta nueva (in)movilidad. A través de nuestra metodología Pentagrowth para el diseño de modelos de negocio disruptivos, trabajamos los 15 escenarios de futuro disruptivos que introdujimos en la mesa redonda ¿Por qué la (no) movilidad y las tecnologías exponenciales transformarán todos los negocios? encabezada por Javier Creus, Diego Soroa y Rafel Fors de manera previa al Exponential Workshop.

En menos de tres horas, profesionales de distintos sectores de alrededor del mundo se juntaron para co-crear ideas de negocio y abordar los distintos retos de la nueva movilidad. “La ciudad de los 15 minutos”, “el barrio aéreo” o “viajar para disfrutar y conectarse para trabajar”, fueron algunos de los escenarios del futuro que se desarrollaron en esta dinámica.

Entre los equipos participantes, tres ideas fueron seleccionados ganadoras:

En el escenario de la regulación de la nueva movilidad: inteligencia artificial y datos abiertos, se vislumbró la oportunidad de crear una plataforma con vehículos autónomos y sostenibles que puedan generar sus propios servicios de movilidad. Esto permitirá que todas las personas puedan ir donde quieran con seguridad y sin contaminar y así disponer de nuevas rutas de transporte. La plataforma también permite financiar diversos proyectos con el crowdfunding.

En el escenario de vivir vidas virtuales, se proyectó una abundancia de muchos más mundos posibles. Unas realidades en las que desplegar la personalidad de las personas de forma virtual sin limitaciones ni condicionamientos sociales pudiera aportar a la humanidad su "yo" más auténtico, impulsando la transhumanidad compartida.

En el escenario de la hibridación de la presencialidad, se subrayó la posibilidad de tener más tiempo libre, una mayor calidad de vida y un equilibrio territorial. De esta manera, cualquier persona con inquietudes vitales podría reconectar con la naturaleza y la comunidad y, a través de su mayor conocimiento personal y felicidad, aportar valor al entorno del que forma parte.

Un cambio de visión

El contexto actual y el Exponential Day nos dejaron una clara visión: a partir de ahora, nos moveremos por lo que nos emociona y pensaremos dos veces si realmente hace falta coger un avión para ir a una reunión lejana que se podría hacer por videollamada. Los que podamos, trabajaremos en lugares remotos, rincones alejados de la ciudad para tratar de mejorar nuestra calidad de vida. Veremos un aumento en oportunidades en las zonas despobladas. Viajaremos por obligación real o simple deseo, y no por simple costumbre como anteriormente hacíamos. Y, además, la movilidad será cada vez más eficiente, dando lugar a un mundo más sostenible.

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